viernes, 20 de diciembre de 2013

Los Reyes Magos sí existen. ¡Qué alegría!


“LOS REYES MAGOS SON DE VERDAD”


Apenas su padre se había sentado al llegar a casa,cuando su hija en voz algo baja, con algo de miedo,le dijo:
- ¿Papa?
- Sí, hija, cuéntame
- Oye, quiero... que me digas la verdad
- Claro, hija. Siempre te la digo -respondió el padre un poco sorprendido
- Es que... -titubeó Blanca
- Dime, hija, dime.
- Papá, ¿existen los Reyes Magos? .
El padre de Blanca se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.
- Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?
La nueva pregunta de Blanca le obligó a volver la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo:
- ¿Y tú qué crees,hija?
- Yo no se, papá: que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tú no me engañas; pero,como las niñas dicen eso.
- Mira, hija,sí son los padres los que ponen los regalos,pero...





- ¿Entonces es verdad? -cortó la niña con los ojos humedecidos-.¡Me habéis engañado!
- No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen-respondió el padre de Blanca .
- Entonces no lo entiendo, papá.
- Siéntate, Blanca, y escucha esta historia que te voy a contar,la verdadera historia de los Reyes Magos:

     "Cuando el Niño Jesus nació, tres Reyes que venían de Oriente, guiados por una gran estrella, se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor,dijo:
- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo.




- ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar-. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.
Baltasar, el tercero de los Reyes,comentó:
- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito...
Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal:
- Sois muy buenos, queridos Reyes Magos, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo.Decidme:¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?



- ¡Oh,Señor!-dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas.
Necesitaríamos millones y millones de pajes,casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos.
- No os preocupéis por eso -dijo Dios-.Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
- ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes Magos con cara de sorpresa y admiración.
- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños? -preguntó Dios.
- Sí,claro, eso es fundamental - asistieron los tres Reyes.
- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?
- Sí,sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje -respondieron cada vez más entusiasmados los tres.
- Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?
Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando, cuando la voz de nuevo se volvió a oír:




- Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes Magos de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO,ordeno que en Navidad, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte, regalen a sus hijos algún regalo que les haga felices.También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean más mayores y comprendan los padres les contarán esta historia y, a partir de entonces,en todas las Navidades,los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y,alrededor del Belén, recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices."


      Cuando el padre de Blanca terminó de contar esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo:
- Ahora sí que lo entiendo todo papá.. Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado.
Y todos se abrazaron mientras,desde el Cielo, los Magos de Oriente contemplaban la escena con miradas de niños ilusionados ante la llegada de los Reyes Melchor, Gaspar y Baltasar.