sábado, 25 de enero de 2020

Una historia que contar.

En un lugar de cuyo nombre sí quiero acordarme se hallaba un  pueblo de 6000 habitantes, en el cual todos se conocían y siempre se respetaban.

     En el centro de la plaza de este pueblo pintoresco se hallaba una iglesia muy bella, de estilo barroco. Una mujer llamada Doña Carmina se desvive cada día en cuidar la iglesia, ayudándole al sacerdote en esta labor tan importante.


    Un día, como otro cualquiera, doña Carmina le preguntó al señor cura D.Manuel el porqué del interior de la iglesia tan moderna y nueva cuando se construyó y se empezó a usar en el siglo XVII.
El sacerdote, con tono serio y preocupado, le respondió muy amablemente:


- Bueno, pues se encuentra así ya que en el siglo XX hubo un gran percance llamado Guerra Civil, en el cual personas que combatían y no creían en Dios quemaron la iglesia al igual que muchas de sus esculturas e imágenes antiguas como Padre Jesús.
    La Virgen del Valle no se pudo salvar y se quemó. El fuego se sofocó, tanto el material como el del odio que enfrentaba a unos hombres contra otros, ciudadanos de un mismo país, que en vez de construir se dedicaron a destruir.


    La guerra terminó, después de mucho sufrimiento, y aquel pueblo gaditano volvió a la normalidad. Se reabrieron las tiendas, los bares; los niños jugando en las calles, el miedo dejó de existir...


    Poco a poco se fueron perfeccionando los desperfectos causados tanto de la iglesia como del pueblo. La fe del pueblo siguió creciendo con sus bellas imágenes de Jesucristo y su madre la Virgen María.
                                    (Autor: Antonio G.F.)