Éste es el mensaje,agradecido, de despedida de Benedicto XVI.
Queridísimos hermanos, os doy las
gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis
llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por
todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo
Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa
Madre, que asista con su maternal bondad a los Padres Cardenales al
elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también
en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de
Dios con una vida dedicada a la plegaria.
BENEDICTUS PP. XVI
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